Son poblados lenta y gradualmente por fantasmas, que van apoderandose del relato, los colores cambian o se acentúan, al igual que los olores, que ya no se perciben, pero estan ahí, presentes, vagan perdidos desde alguno de los circulos que forman el limbo de la memoria.
El tiempo es una ilusión dicen, las imágenes como si fuera un loop eterno se suceden, van acotandose, se fagocitan, dejando con el correr de las secuencias solo las mas representativas, como en un concurso; termina y vuelven a arrancar, y en cada comienzo se omite alguna, se cambian, se destruyen o agregan otras, se intensifican las sensaciones, y se aceleran, las imagenes toman velocidad a merced de la inercia, como flashes.
El deja vú es solo un disparador, es casi hipnótico, hasta quedar atrapado en esa vorágine al punto de fusionarse y mutar, convirtiéndose en otras historias, otros recuerdos, otras realidades y otros fantasmas.
Alejandra Decurgez los cría pacientemente, Nació en Argentina en 1977 y vive en Vicente López. Es Licenciada en Psicología por la Universidad del Salvador, se formó como guionista en el Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina y cursó el seminario sobre géneros cinematográficos dictado por Robert McKee.
Es autora de la novela Mis Muertos Amarillos (Peces de Ciudad) y del poemario infantil Esencial (Poe Kiddie Comicz). Algunos de sus relatos han sido publicados en Próxima, Axxón, Skeimbol y SuperSonic. Forma parte de la antología internacional Alucinadas II (ciencia ficción escrita por mujeres), del Tomo 11 de la colección argentina Pelos de Punta y de la antología internacional WhiteStar en honor a David Bowie.
Ha recibido mención honorífica por su guión The Dive en el Fantasmagorical Film Festival de Kentucky del 2015 y fue finalista en el Miami International Science Fiction Film Festival del mismo año. En el 2016, su guión The Mantis fue finalista en los mismos festivales.
Facebook: ale.decurgez
Twitter: @AleDecurgez
Mail: aledecurgez@hotmail.com
Las preguntas de rigor contestadas desde un universo paralelo muy muy cercano:
*Si te das cuentas que sos el personaje de un libro, que le pedirias al autor?
Le pediría que me matara en una escena dramática (y con glamour, nada de estar desnuda o en la ducha, menos toda sucia), y que mis últimas líneas fueran inolvidables, como aquellas: “Francamente, querida, me importa una mierda”. Así, The End en Technicolor.
*Si quisieras ser el personaje de un libro, a quien se lo pedirías?
Definitivamente se lo pediría a Emily Brontë, es la única que puede matarme como lo merezco y puede preservar mi recuerdo de modo que aceche por siempre a mi amado.
*Cual sería el grito o mensaje de batalla para la tropa?
La letra de Give Peace a Chance. Cantada desde la cama, obvio.
*Que estrategia propones para combatir a la realidad y sus huestes?
Que trabajemos 6 horas por $25.000. No, mentira. El combate contra la realidad sólo puede ser llevado a cabo desde el dominio de Lo Real y en términos subjetivos, es una batalla diaria de cada unx, con las armas que cada unx pueda y quiera construirse (el proceso de construir las propias armas es la esencia del combate, creo). El arte en todas sus formas siempre ha probado ser una buena herramienta, pero leer y escribir son los artefactos de los que yo me he valido siempre. Después, por supuesto, llega el momento de la intersubjetividad, porque el combate no es cosa individual, sino colectiva. Pero no hay que restarle valor a los momentos de silencio y meditación, al buen whisky de vez en cuando, al chocolate, y, por supuesto, al amor.
*Que pregunta te gustaria responder y nunca te hicieron?
Hay un lugar disponible en Primera Clase, ¿querría aprovecharlo?
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| La prueba del traje de baño a través de otra dimensión |
